Menores soldado

22 diciembre 2015,   Categories: ,   By ,   0 Comments,  

Hablar de la presencia de menores en grupos armados regulares e irregulares es, más allá de un hecho condenable y una aberración, una obviedad. No es de recibo comentarlo ya que, más allá de condenarlo, lo que resulta verdaderamente complicado es analizar los matices, pero sobretodo deshacer ciertos discursos y dinámicas.

No debemos generalizar sino ser muy conscientes que las necesidades y los orígenes de una niña de 9 años enrolada a una milicia, por ejemplo, los cuales serán muy distintos a los de un chico de 14 que forma parte de una fuerza armada regular. Sus funciones, aspiraciones, necesidades son diametralmente distintas. Debe también entenderse las condiciones de enrolarse a un grupo armado, independientemente de su índole: ¿se asaltó su casa y obligó a mater él mismo a los miembros de su familia bajo el riesgo de morir el mismo?¿se le fueron añadiendo responsabilidades dentro de un grupo criminal como manera de sustento de vida? Finalmente, está la propia deconstrucción del discurso; en otras palabras, la imperiosa necesidad de encontrar una alternativa más sostenible que el uso de la violencia armada para su sustento de vida. Para ello siempre recordaré el testimonio anónimo que me contaban desde las favelas de Brasil:

”¿Qué por qué estoy con esta banda armada? Mi padre tiene 60 años y gana unos pocos reales al día por trabajar muchas horas; yo, a mis 17, tengo acceso a dinero, drogas y mujeres. Sí, quizás muero joven en un tiroteo, pero habré vivido a un tren de vida muy alto”

En definitiva, denunciar el incumplimiento de la ilegalidad sirve para visibilizar las malas prácticas, pero se debe ir más allá e intentar deshacer estas malas prácticas, detectando sus causas e identificando alternativas plausibles y sostenibles.

Albert Caramés